Y la Luna se abrió. De ella surgió lo más bonito que los ojos de un ser humano han podido ver. Todo cambió desde ese momento. Los años no pasaron del 2020, los calendarios ya no tenían importancia; el cielo brillaba con un azul de pureza semejante al blanco; las nubes eran esponjosas como el colchón más agradable del mundo; el agua corría más rauda y limpia que nunca; las guerras terminaron; ya nadie lloraba; todos sucumbieron a la belleza del interior de la Luna.
Un día de un mes de un año posterior al 2020, en las orillas de una hermosa playa, aterrizó una nave procedente de Júpiter. De ella desembarcó Larvec, presidente de Júpiter, el planeta del cual cuando se abrió surgió el resto del universo. Vino a observar a estas criaturas ante las cuales la Luna, la maravilla más preciada por el resto de los planetas, se habia abierto. No comprendía porque se había abierto ante estos seres y no ante Júpiter, el planeta más grande; Marte, donde habitan los más hábiles guerreros del universo; Neptuno, el planeta que manda sobre todos los océanos o Venus, el planeta más bello que nunca ha existido.
Durante su estancia en la Tierra vió que todos se llevaban bien gracias a la magia de la Luna. Las peleas no existían, se bastaban sin partidos políticos y sin policía, todos cumplían las reglas, todos trabajaban para todos y nadie era egoísta. Al ver esto Larvec se dió cuenta de lo que sucedía y organizó un congreso interplanetario para comunicar a los países el porque de la apertura de la Luna a los humanos.
-Amigos -comenzó su discurso Larvec- Os he reunido para responder a la cuestión que más os ha inquietado desde hace mucho. En mi viaje a la Tierra he apreciado la perfección, son los seres más espléndidos que he visto, todo esto por el efecto de la Luna claro. Me paré a reflexionar y pensé porque se le otorgó este enorme privilegio a una raza cruel, egoísta, mezquina, deleznable, interesada... Y ya lo tengo claro, la Luna es sabia. No es un privilegio, sino un castigo. Tras observar su actitud vi a los seres más aburridos del universo, su perfección es más soporífera que el propio discurso del rey de ese país terrícola llamado España. ¡Por Júpiter! Si tienen hasta una cantidad limitada de alcohol que pueden ingerir, las parejas están felizmente casadas, ¡casadas! Pasan toda la vida junto a la misma mujer. Eso es amigos, la mediocridad de esa raza les ha condenado a la perfección. Rezemos y seamos simplemente correctos, que mejores son millones de años siendo rigurosamente correctos, que no perfectos, que unos cuantos millones de desfase y estar condenados el resto de la existencia a la perfección.
Los mantenidos
Hace 4 días
Muy lindo relato, y muy original. Te sigo! saludos.
ResponderEliminar:)
Gracias por comentar, yo también te sigo.
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