Lloran, las hojas ensangrentadas que caen de un árbol que no aman.
Mueren al crecer pegadas a un tronco podrido,
no saben las hojas como aún sobreviven, y se arrancan,
y caen al suelo, llorando y riendo pues duele y alegra un otoño entristecido.
Nunca más beberán de la misma lluvia de la que juntos crecieron
pues alimentaran sus almas diferentes gotas,
volarán llevadas por el viento puro mientras se apenan
al ver morir al árbol del que surgieron y huyeron por ambiciones espinosas.
Y al caer al suelo se llenarán de barro y serán pisoteadas,
vivirán intentando no morir apenadas, pero no se rinden las hojas libres
que crecerán fuertes y decididas, mecidas por el viento del destino
mientras olvidan la mugre del árbol al que un día estuvieron agradecidas.
Los mantenidos
Hace 4 días
Me has emocionado, Serge...
ResponderEliminar"Lloran, las hojas ensangrentadas que caen de un árbol que no aman." Muy discente, me ha enganchado...
ResponderEliminarHace rato no te veía, un abrazo