21 julio 2012

Desde lo más profundo

Nada. Avanzamos a la nada. Avanzamos porque impulsivamente lo necesitamos. Avanzar es algo que viene de serie con ser humano. Sin embargo, al avanzar dejas atrás, irremediablemente, muchas cosas que formaban parte de tu vida, cosas que has amado y por las que has dado mucho de lo que podías dar.
He estado en la mitad de uno de los caminos que debo recorrer y me he encontrado aquí más a gusto de lo que creo que en mucho tiempo volveré a sentir. Me he sentido aceptado, realizado y apoyado en mis decisiones, en mis sinsentidos, en mis enfados tontos y en muchas cosas más. He tenido a mi lado personas maravillosas. Quizá no vuelva a conocer a nadie que me haga sentir así. Quizá sí, pero de lo que estoy totalmente seguro es que gente igual que esas personas no volverán a entrar en mi vida.
Así transcurre la vida, nos vemos obligados a dejar atrás lo que amamos para ir donde no sabemos que vamos a encontrar. Lo que ahora son risas y afectos dentro de poco no serán más que recuerdos. Y dentro de unos años serán menos que recuerdos, serán humos desprendidos del fuego constante que devora la hojarasca que reside en el fondo de la memoria. Y olvidaremos los nombres de lo que hemos amado. Y por lo que ahora lloramos ni si quiera le daremos importancia. Y morirá una parte de mí al avanzar.
Avanzamos por avanzar, olvidamos para avanzar, lloramos para olvidar.