Que noche tan
sincera
sentimientos nunca
olvidados
en el fondo de mi
calavera.
Verte siempre
ofende,
mas nunca duele,
pues la Luna
ofende por lejanía
pero por belleza,
nunca, nunca dolería.
Solo mis dedos
saben expresar
lo que se esconde
en mis sensaciones,
pues ellos beben
de mi mente,
donde jamás olvidaré
cada uno de tus rincones.
Nunca sabrá la Luna
que un terrícola
clama por ella,
pues ella es
digna del universo y
el hombrecillo
muere y vive en tierra.
No olvidaré como
es la Luna,
pues cuando algo
es tan hermoso
que tan solo se ve una vez en la vida,
merece guárdalo en el recuerdo.
Siempre podré ser
astronauta en
sueños,
mejor que ser
minero real y no poder
ver esos ojos de
la Luna tan perfectos.